Y de repente la vida te planta una oportunidad. Tú eliges, si tomar o dejarla. Tú eliges si es el momento o no lo es. Lo cierto es que quizá dicha oportunidad pase, para no volver. Pero la decisión es solo tuya, ¿o quizá no? ¿Elegimos nuestro camino o es el destino quién nos marca la pauta? Y desde éste primer contacto dejaré bien claro que mi opinión al respecto es muy simple: Nosotros somos propietarios efimeros de nuestras cartas y las jugamos tal y como creemos conveniente. A veces arriesgamos, a veces dudamos, a veces, simplemente, pasamos turno. Pero seguimos jugando, sin prisa pero sin pausa. Y la vida nos ofrece tantas cosas. Que a veces se nos olvida que todo lo que deseemos está a nuestro alcance. No sin esfuerzo, no sin riesgo: todo es un intercambio. Si apuesto una carta, será a cambio de otra. Pero siempre deseamos que esa carta que nos corresponde coger sea mejor que la anterior. Puede que toque el comodín o que no queden más en la baraja. Y si no arriesgas no ganas, pero a lo mejor hay cosas que no quieras ganar... Hoy decido apostar por las oportunidades. Las que tomamos y por las que dejamos. Porque todo tiene un porqué: una casualidad, me llevó a pensar en mi causalidad. Todo está ligado, al fin y al cabo. Y esto es, no tan sencillamente, lo que quiero trasmitir con mis palabras, mi perspectiva de la vida y el modo que tengo de jugar mis cartas...
Gracias.
Raquel ^^
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